EVA ESTÉVEZ
La iglesia parroquial de Sant Antoni reunió ayer a decenas de personas, de origen valenciano en su mayoría, que acudieron para participar en el acto de bendición y presentación de la imagen de la patrona de la Comunidad: la Mare de Déu dels Desamparats. El acto, que estuvo presidido por el obispo de la Diócesis de Eivissa i Formentera, Agustín Cortés, contó además con las intervenciones de otras personalidades del ámbito eclesiástico pitiuso y el propio escultor de la talla Rafael Orellano además de autoridades locales. El acto comenzó con la salida de una de las salas laterales del altar y una explosión emocionada de aplausos de los asistentes al acto y entrada en la iglesia de una comitiva entre la que se encontraban los padrinos de la imagen, Mercedes Castillo-García y Juan Bautista Roca Escat.

El portavoz del Obispado, José Luis Moya, fue el encargado de presentar el acto y las intervenciones del autor de la obra, el delegado de Patrimonio de la Iglesia de Eivissa, Francesc Xavier Torres Peters, el párroco de Sant Antoni, Vicente Colomar y el obispo, Agustín Cortés, que centraron sus pláticas en resaltar la importancia de la existencia de la nueva imagen y la figura de la Virgen. «Espero que este acto sirva de puente espiritual en la contemplación de la Mare de Déu entre Eivissa y Valencia», dijo Rafael Orellano antes de señalar que la imagen de la Virgen en sus orígenes se colocaba sobre los ataúdes de personas desamparadas y ajusticiadas para cumplir con la voluntad del fallecido o de sus familiares.

El obispo asperjó con agua bendita la imagen y recordó a las víctimas del último atentado de ETA, del terremoto de Argel y del accidente de los militares españoles antes de que el público iniciase un desfile para besar el manto de la santa y recibiese como obsequio un ramo de romero y un recordatorio con la imagen de la santa que desde ayer dispone de una hornacina situada en una de las capillas del templo parroquial de Sant Antoni.