Con media hora de retraso se encendieron las luces en el parque Reina Sofía para dar la bienvenida a la 29º edición de la Moda Adlib. La magia de Bjork abrió y cerró una pasarela que este año ha apostado por la sencillez escenográfica y otra voz, la de la presentadora de televisión Anne Igartiburu, que saludó a los miles de asistentes con un «Bona nit Eivissa». Los alumnos de la Escola d'Art habían hecho su aparición unos minutos antes sin presentación previa, un detalle que tal vez les hizo perder cierto protagonismo en una noche en la que por primera vez compartían escenario con el resto de diseñadores. La lista de firmas profesionales la encabezó Cáñamo Ibiza y lo hizo con un estilo rompedor. Minifaldas con riñonera, monos, pantalones anudados de manera informal y un predominio del color verde militar en cinco diseños, el número de modelos que la organización había decidido que podía presentar cada diseñador. El formenterense Jesús Costa, único debutante de la jornada, dejó la marca que caracteriza a su ropa, la lagartija, en la pasarela con más renombre de las Pitiüses, y lo hizo de la mano de la modelo argentina Solange y utilizando colores naturales.

Vestidos y faldas quedaron relegados a un segundo plano con la aparición de Chapeau Ibiza, que presentó unos originales sombreros blancos de formas imposibles. Acto seguido, la diseñadora Maru García no se olvidó de sus clásicos vestidos con flores pintadas y la veterana Marta Raffo se mantuvo fiel al blanco. Fue la única creadora que presentó una coreografía que añadía más espectáculo. Con Zarabanda, una firma que trabaja la ropa infantil, el público rio y aplaudió a rabiar, tanto por la gracia natural de los niños como por la acertada sorpresa que causaron al soltar dos palomas. Uno de los niños se convirtió en la estrella de la noche al negarse a abandonar la pasarela y ganarse una vuelta más al ruedo.

Claudie Noelle optó por cortes atrevidos acentuados por la utilización de redecillas como marca diferencial, mientras que Francisca Ferrer presentó un estilo más cercano al Adlib clásico aunque presentó novedades como una falda que trasladaba los volantes a la parte delantera. Las modelos mostraron su estética más sexy vistiendo los modelos en piel de Ishvara y Luis Ferrer, un clásico de la moda ibicenca, que provocó admiración con unos trajes confeccionados casi íntegramente en ganchillo. Tres Ibiza añadió la pedrería y apostó por detalles que se ven poco en esta moda, como los shorts y los pantalones estrechos.