La infraestructura más deseada en Formentera, el futuro hospital de
la isla, comenzará a construirse en octubre y no en un plazo de dos
meses, tal y como anunció hace escasos días el gerente del Ib-Salut
en Eivissa, Juli Fuster. El proyecto arquitectónico fue presentado
ayer por Pep Vich, de CMV Arquitectos, de Palma de Mallorca, junto
al gerente del Ib-Salut, Juli Fuster, la gerente del área de salud
Pitiüsa, María Àngeles Leciñena, el conseller para Formentera,
Santi Ferrer y el alcalde de la isla y gran impulsor del proyecto,
Isidor Torres.
El arquitecto del proyecto destacó que el presupuesto se ha
disparado hasta 7,2 millones de euros por el hecho de haber evitado
la construcción de un edificio de cuatro plantas, que hubiera
abaratado los costes, pero al mismo tiempo hubiera supuesto un
fuerte impacto visual y ambiental, optando finalmente por una
construcción de dos plantas en las que tan sólo la superior, muy
reducida se puede ver desde la carretera.
Los criterios de implantación seguidos son conseguir la máxima
adaptación al terreno, minimizar el impacto visual del edificio,
regenerar la cantera existente en el solar, mantener el arbolado,
básicamente las savinas, tener en cuenta la implantación del
helipuerto y diferenciar los accesos tanto rodados como peatonales
acondicionándolo de manera que se eviten los cruces entre uno y
otro tipo de circulación al tiempo que se crea una vía especial
entre el centro hospitalario y el helipuerto adyacente. La
superficie de la parcela es de 25.849 metros cuadrados y la
superficie construida será de 3.327 a los que habrá que añadir los
9.500 metros del helipuerto. El edificio constará de área de
consultas, con un total de 15 salas, una de atención continuada y
un área quirúrgica, en la que habrá un quirófano paritorio, una
sala de neonatos y un total de 17 camas.
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