Los hoteleros critican su papel como recaudadores de un impuesto que consideran nefasto.Foto: MARCO TORRES
«Las espadas siguen en alto». El presidente de la Federación Empresarial Hotelera, Pedro Matutes, resumió ayer con esta frase su balance del primer año de ecotasa (un euro de media por día y por turista en estancia en alojamiento turístico) que comenzó a cobrarse el 1 de mayo de 2002. «Lo más destacable de todo es el mensaje tan malo que se ha enviado a los mercados», dijo Matutes que pidió al Govern que se atreva a realizar una encuesta en Alemania sobre lo que opinan los alemanes sobre el impuesto y sobre si creen que son o no bienvenidos. La idea que ha llegado al turista, según el hotelero, es que «el entorno está mal porque ese es el argumento con el que se ha vendido la necesidad de este impuesto».
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