A los costaleros que portaban el Sant Jordi se les resbaló la imagen pero la recuperaron a tiempo. Fotos: K. TABERNER

Ayer, los vecinos de Sant Jordi cambiaron la expresión de su cara al levantarse. A primera hora de la mañana caía sobre Eivissa una copiosa cortina de lluvia que afortunadamente se detuvo poco después y no supuso la suspensión de ninguno de los actos tradicionales. Pero a pesar de que el tiempo mejoró considerablemente, el temor a un nuevo aguacero provocó la ausencia de algunos vecinos. El desfile de carros, cita en la que el pasado año participaron más de una veintena de ibicencos, se redujo esta vez a la mitad de participantes. Jaume Lluc, fiel a esta tradición desde hace «unos 20 años o más», criticaba entre risas a su amigo Mariano por «tener miedo a la lluvia y no haber traído su carro». A Jaume, su carro barana le costó en su día unos 120 euros, pero a José Domingo le salió gratis porque lo construyó él mismo con ayuda de su hijo. Hoy, la orgullosa dueña del carro más pequeño que ayer se vio (conducido a su vez por Estrella, una diminuta yegua, es Andrea, la nieta de José Domingo. Esta familia, menos acostumbrada a participar en estos desfiles anuales, acudía por primera vez a esta parada. Otra de las ausencias más destacadas fue la del obispo de la Diócesis de Eivissa y Formentera, Agustín Cortes, a quien sustituyó el párroco de Santa Gertrudis, Sant Mateu y Sant Miquel, Vicent Ribas. Tras la misa, y justo antes del comienzo la procesión, otro de los protagonistas fue el párroco Francesc Torres Peters, quien a través de un altavoz indicaba a los feligreses el orden y el momento exacto en que debían salir mientras la gente que esperaba en el porche reía sus simpáticos comentarios. Por cada una de las imágenes siempre vela un obrer de la localidad, que en el caso de la figura portada por mujeres camina junto a ellas, como si de un guardaespaldas se tratase. La comitiva transcurrió sin percances, a excepción de un pequeño resbalón del Sant Jordi que no terminó en accidente. El Grup Folklòric de Sant Jordi también ofreció su música a los presentes y los fuegos artificiales cerraron una jornada festiva.
Sara Yturriaga