Las críticas sobre la ampliación del aeropuerto, una obra que depende del Ministerio de Fomento, no escaparon ayer a la visita de Àlvarez-Cascos a Eivissa. El ministro admitió que todas las infraestructuras «generan siempre algún tipo de controversia» y recordó que el dique «también tuvo su controversia» lo que no ha impedido que hoy sea «una realidad».

Para Cascos, la ampliación de un aeropuerto «es necesaria para mantener el ritmo de crecimiento de Eivissa» pero reconoció que hay que plantearla con «las mismas dosis de equilibrio con otros intereses contrapuestos». De las reuniones con las autoridades locales de Sant Josep para concretar que el plan director de aeropuerto ha deducido que hay que buscar «el equilibrio entre el desarrollo urbanístico y el desarrollo aeroportuario» y que «hay que intentar atender al máximo los intereses locales».

Cascos confirmó que hay un grupo de trabajo formado por técnicos de Aena y del Ayuntamiento de Sant Josep que buscarán una fórmula «que desemboque en un acuerdo que permita garantizar el crecimiento del aeropuerto en todos los ámbitos», además de «preservar algunas zonas en las que los intereses sociales y residenciales merecían una reforma que pueda conciliar todos los intereses».

Reiteró Cascos que su posición «no sólo es de negociación en busca de equilibrio» sino que «es optimista en cuanto a la posibilidad de un acuerdo».

Los cambios en el proyecto no supondrán una ralentización de la ejecución del plan director del aeropuerto de Eivissa, según el ministro, que explicó que algunas de las áreas que podrían verse afectadas por el recorte de los metros iniciales a expropiar, fundamentalmente la zona de plataforma de estacionamientos, podrían ser reubicadas «sin que el aeropuerto perdiera capacidad de estacionamiento».