Platja d'en Bossa es una de las zonas que se vería beneficiada de la construcción de estos depósitos.

El plan de gestión se marca unos objetivos muy ambiciosos a cinco años vista: reducir entre el 60-80 por ciento las extracciones de los acuíferos, bajar el consumo por persona y día a 180 litros, reutilizar el 50 por ciento del agua depurada y suministrar agua con menos de medio gramo de sal por litro, tal y como establece la normativa (ahora el agua que se consume tiene dos gramos de sal por litro), incrementar el rendimiento global de la red en un 20 por ciento y recortar el consumo energético en un 30 por ciento.

Para lograrlo, el Consistorio plantea la construcción de los dos depósitos, conectados a la interconexión de las desaladoras, que suministrarán agua a todo el municipio. El depósito de sa Carroca dará agua por gravedad a Platja d'en Bossa, Sant Jordi, sa Carroca, can Fita, los barrios del aeropuerto y sa Caleta. El receptáculo de Cala de Bou dará agua a toda la zona hasta Cala Vedella, mientras que la parte interior (Sant Josep, es Cubells, Porroig), más elevada orográficamente, se abastecerá por impulsión desde los mismos depósitos.

El sistema actual, que consta de ocho depósitos de reducida capacidad (5.300 metros cúbicos en total), no se eliminará para que pueda funcionar en caso de que se produzca la avería de una de las desaladoras. El 90 por ciento del agua que se consume actualmente proviene de pozos situados en la zona de Can Bellotera, que se traslada a la otra punta del municipio, con el consiguiente gasto energético que ello supone, así como las pérdidas en la red. Por su parte, el Govern ultima el convenio para suministrar agua desalada procedente de Sant Antoni a Cala de Bou, pero mientras no esté construido el depósito regulador no se podrá abastecer más allá de esta zona.