El Ayuntamiento de Sant Antoni ha informado favorablemente al proyecto de ampliación de amarres del Club Nàutic. La última palabra, de todos modos, la tiene la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear, que es quien tiene las competencias de gestión del puerto. Otro inconveniente, si no el más grande, es que el próximo 14 de diciembre acaba la concesión de 20 años. Actualmente, además, hay una moratoria de puertos y la elaboración de un plan de usos que condiciona la ampliación. El proyecto, presentado ante el Govern en 1999, contempla la ampliación de los amarres en un 20 por ciento. De los 400 puntos de atraque actual, el Club Náutic quiere pasar a gestionar 650, dada la fuerte demanda que hay. «Para la salud ambiental de la bahía, más vale que las embarcaciones estén amarradas a puerto que fondeando en el exterior», asegura el gerente del Club Nàutic, Juan Vicente Rosselló.

La ampliación solicitada permitiría el atraque de embarcaciones de hasta 25 metros de eslora. Actualmente sólo barcos de 20 metros pueden atracar en el puerto deportivo y el 63 por ciento de los amarres son sólo para los que tienen menos de nueve metros. Además, el proyecto prevé hacer los pantalanes fijos con hormigón pivotado, lo cual viene avalado por el correspondiente Estudio de Impacto Ambiental. «La ampliación no va a impedir la regeneración del agua de la bahía. El proyecto de ampliación de la capacidad del puerto deportivo se hace de acuerdo con las condiciones ambientales de la bahía. El Club Nàutic defiende por encima de todo una gestión ambiental del puerto», asegura.

El puerto de Sant Antoni es el más próximo a la península y, por ello, este proyecto impulsa el turismo de calidad. «Todo el mundo quiere atracar en Sant Antoni ya que tiene unas condiciones para navegar inmejorables y supone un importante ahorro de tiempo», indica.