De cuartel de la Guardia Civil a mercado artesano

Elías Torres destacó en su exposición que el viejo edificio de la Guardia Civil, en la trasera de la iglesia de Sant Francesc «estaba destinado a ser derribado, lo cual supondría una pérdida dentro del conjunto histórico del núcleo de Sant Francesc». Torres indicó que al recibir el encargo del Jardí de ses Eres «pensamos que el edificio de la Guardia Civil era parte de la historia de Formentera y que valía la pena conservarlo en lugar de demolerlo y dejar un hueco cuando los huecos son muy difíciles de llenar».

Para Torres conservar el edificio supone mantener una calidad en el centro histórico, pero «su deficiente estado de conservación y su compartimentación interior excesiva obligaba a un replanteamiento total del espacio». Debido a dichas circunstancias la opción presentada por Torres apuesta por la conservación de su perfil, volumen y características exteriores mientras que en el interior, las dos edificaciones paralelas que lo conforman se convertirán en dos grandes naves abiertas.

El edificio se organiza, según el arquitecto, «en cuatro espacios, dos completamente abiertos, que son las dos naves actuales del edificio que quedan completamente liberadas de la estructura y permiten realizar tanto exposiciones como trabajos artesanales y los dos restantes formados por un área de servicios con sus correspondientes rampas de acceso y una oficina para la gestión del centro». Entre ambas naves queda un pequeño espacio al aire libre que será cubierto con cables que soporten buganvillas y enredaderas para proporcionar sombras y frescor y que en el futuro podría albergar diversas actividades culturales.