El ayer y el hoy de Botafoc

Esta construcción ha cambiado por completo la fisonomía de la bahía del puerto de Eivissa aunque, tal y como insiste el presidente de la Autoritat Portuària, Francesc Triay, es una «línea en el horizonte» a la que pronto se acostumbrarán los ibicencos.

Los objetivos de la obra, que han justificado el elevado importe de la subvención de la Unión Europea, son varios. Por un lado, se supone que frena la agitación de las aguas interiores del puerto, algo que ya se ha podido constatar por parte de las empresas y usuaris de las instalaciones. Otro objetivo es alejar de la zona más poblada la descarga de materiales peligrosos, especialmente combustibles. Ahora se trasladarán mediante unas tuberías y con camiones con bombonas.

Además, la obra del dique habilita 516 metros más de muelle, una cantidad importante dado lo escaso que está el puerto de Eivissa de superficie de atraque. Las compañías consignatarias de barcos de crucero, principalmente Umafisa Lines, han alabado la obra del dique desde el primer momento. Ahora aseguran que el tráfico de cruceros y el tamaño de los barcos será cada vez mayor.

Otra de las excelencias de la obra, para la Autoritat Portuària, es que Eivissa va a ganar un paseo de unos 1.200 metros de largo, que conectará con el actual de Juan Carlos I. El paseo contará con un parque infantil en su recorrido, de un carril bici para los más deportistas, además de bancos donde contemplar «una nueva perspectiva de Eivissa».

La obra del dique ha supuesto al apertura de una rotonda en la entrada de Marina Botafoch y el cambio de los accesos antiguos. También se ha construido una nueva estación de bombeo de la depuradora del Ibasán situada al costado de la entrada en el puerto deportivo con una superficie de 110 metros cuadrados y tres módulos con diferentes usos.