La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Eivissa, Virtudes Marí,
criticó ayer con dureza el anuncio de la apertura de varias calles
en sa Penya que, tal y como había publicado este periódico, supone
el derribo de varias casas para conectar entre sí calles como la
Mare de Deu y la Fosc y ésta con la calle Retiro, además de la
calle Alta con Vista Alegre, entre otros cambios.
El PP entiende que las obras de apertura de calles «no son en
absoluto prioritarias» ya que sa Penya «tiene una serie de
problemas de seguridad que hacen contraproducente que se facilite
la comunicación entre calles».
Para Marí, «si se estuviese hablando de una Penya rehabilitada
con una vida normalizada evidentemente sería muy positivo para la
vida de los ciudadanos que estuviesen mejor comunicados las
calles». Pero la realidad es otra y lo único que va a provocar,
según el PP, es un aumento de delincuencia porque facilita el
movimiento de personas y la huidas.
El proyecto de apertura de calles demuestra, a juicio del PP,
«la falta total de criterio político por parte de Tarrés» quien
«cuando llegó ayuntamiento lo primero que hizo fue abrir los
pasadizos que el PP había cerrado hacía años, lo que ha agravado la
situación del barrio desde el punto de vista de la seguridad». El
cierre de calles con rejas hace varios meses fue una medida «muy
extrema» para el PP.
Marí calcula que la apertura costará, sin contar el gasto de las
expropiaciones, unos 480.000 euros (80 millones de pesetas). «Se
está malgastando el presupuesto del Consorcio Patrimonio de la
Humanidad en proyectos sin ningún criterio», denunció la concejal
del PP.
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