El Consorcio Patrimonio de la Humanidad llevará adelante la apertura de pasajes en sa Penya para mejorar la movilidad pese a la oposición de la Asociación de Propietarios y Vecinos del barrio.

El gerente del Consorcio, Emilio Pérez Echagüe, asegura que hay que conectar transversalmente algunas calles para facilitar la comunicación desde la parte alta del barrio hasta la baja. «Las calles discurren paralelamente a las murallas, por lo que hay que facilitar la movilidad en sentido perpendicular», dice.

Echagüe recuerda, además, que antiguamente había pasajes, aunque eran bastante estrechos. «Es algo tradicional del barrio». Cuando apareció el problema de las drogas se optó por tapiar todas estas comunicaciones. Ahora a los vecinos no les agrada la idea de que se vuelvan a abrir nuevas conexiones interiores, sobre todo porque creen que los toxicómanos ocuparán los túneles (algunos pasajes pasarán por la planta baja de un edificio) para drogarse.

Emilio Pérez mantiene, por su parte, que no pueden supeditarse las infraestructuras del barrio al problema de las drogas: «No podemos esperar a hacer las cosas a que se resuelva este problema del barrio». El proyecto del Consorcio Patrimonio de la Humanidad consiste en echar abajo paredes y la demolición de algunas plantas bajas para conectar ocho calles de una punta a otra del barrio: la calle Vista alegre con el carrer Alt, la travesía de Santa Luía con la subida de sa Pedrera, la calle del Retiro con el carrer Fosc y la plaza Drassaneta con el callejón del Gallo.

Los vecinos aseguran asimismo que esta apertura de calles «cambiaría la morfología urbana del conjunto, cuyas dimensiones no justifican la apertura de las repetidas conexiones». Estos dan prioridad a la reforma de la plaza de sa Pedrera y es Sitis, que aún sigue pendiente.

La primera fase de esta obra se adjudicó en noviembre de 2001. El Ayuntamiento rescindió a finales del año pasado el contrato con la empresa adjudicataria por la demora para poner el proyecto en manos de otro constructor.