La Mesa del Transporte Terrestre tomó ayer la determinación -con la presencia de taxistas, ayuntamientos y Consell- de que este verano todos los taxis llevarán taxímetro; aunque el objetivo más ambicioso es que estén instalados antes de Semana Santa. La reunión abordó sin éxito el intento realizado por parte del Consell de que se unificasen las tarifas urbanas e interurbanas de todos los municipios. El Consell planteó tomar las tarifas interurbanas que marca el Govern como modelo de unificación. Sin embargo, esta propuesta no fue bien recibida por los taxistas por que la tarifa interurbana no contempla el cobro de complementos como los que se cobran en la urbana por equipajes (0,50 por bulto), perros (3 euros), por transitar por caminos defectuosos (1,80 euros), por trabajar en días especiales (1,80) o por desplazamientos desde la parada hasta un punto de recogida (un euro).

Las demás tarifas no son tan divergentes. La bajada de bandera es igual en ambos casos (dos euros) y el precio por kilómetro es de 0,80 euros, en el caso de las interurbanas, y de 0,76 en la urbana. La tarifa horaria, es decir por hora de espera, es de 11 euros en el caso de la interurbana y de 15 euros en la urbana. El conseller Santiago Ferrer aseguró que le hubiese gustado llegar a un acuerdo de unificación de tarifas pero admitió que no puede forzar una decisión así porque el Consell no marca las tarifas ya que son responsables los ayuntamientos (de las urbanas) y el Govern (de las interurbanas). Al no contemplar suplementos la interurbana se queda corta, según señalaron los taxistas pitiusos.