E.R./L.F.A.
El conseller Pere Palau fue ayer duro al criticar la política de promoción turística que está efectuando el Pacte. Palau insinuó que el Govern está tomando la posible guerra en Irak y sus consecuencias sobre el turismo como «coartada fácil». Aunque reconoció que ni este asunto ni la crisis interna de Alemania ayudan, aseveró que «no hay que olvidar que antes de todo esto ya se caía en picado». El conseller recordó que «uno de los objetivos principales del Govern del pacto era rebajar el número de turistas» y, a su juicio, «lo han cumplido». En referencia a la actual feria berlinesa ITB, el PP pidió al Govern que lleve un paquete de medidas urgentes para recuperar el turismo.

Entre las causas que prueban, según Palau, la mala gestión del Pacte están «las declaraciones demonizando al sector turístico, diciendo que no eran bienvenidos» y la escasa capacidad de reacción ante sucesos como «las huelgas de autobuses y de basuras» ante las que parecían «alegrarse» por ir contra algunos sectores empresariales. Palau no pide que se reconozca que hay una recesión sino poner en marcha medidas inmediatas para intentar recuperar terreno.

«El fracaso en turismo lo pagarán en las elecciones de mayo, pero eso no es lo importante sino el pago de todos los ciudadanos de Eivissa y Formentera», afirmó y también criticó la escasa autonomía que tiene el Consell en materia de promoción. Por su parte, el conseller insular de Turisme, Josep Marí Ribas, que llega hoy a Berlín, aseguró ayer que las claves para la recuperación del mercado alemán están en que se remonte la crisis interna que padece este país y en que no se cumplan las amenazas de guerra en Irak. El conseller anunció que mantendrán diversas entrevistas con directivos de touroperadores y que se realizará un «gran esfuerzo» para promocionar valores como la cultura y la naturaleza que cuentan con gran aceptación entre los turistas alemanes. A pesar de que la situación «es complicada», el conseller apuntó su esperanza en la recuperación y aseguró que Eivissa no va a ser el destino peor parado.