La compañía eléctrica Gesa se opone a que los transformadores instalados en la vieja estación eléctrica del puerto se entierren bajo tierra en la plaza de sa Riba, tal y como pretendía el Ayuntamiento de Eivissa. El Consistorio planteó esta posibilidad para echar abajo de una vez la vieja estación, que sigue pendiente desde el comienzo de la década de los 90. Gesa, de todos modos, acepta otra propuesta del Ayuntamiento que consiste en instalar los transformadores que dan luz al puerto y a los barrios de la Marina y sa Penya donde actualmente está la jardinera pegada al edificio del antiguo pósito de pescadores, justo enfrente de la actual estación eléctrica.

La comisión de control del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) aprobó recientemente el proyecto de reforma del antiguo pósito de pescadores (el número 12 de la plaza sa Riba) que se utilizará como una ampliación del futuro Casal de Joves (el antiguo edificio de sanidad).

En un lado de la escalera que separa los dos edificios hay una jardinera, que es donde se instalarán los transformadores, en un receptáculo de casi tres metros de ancho. «Estarán pegados al edificio. La compañía dice que hay suficiente espacio para ubicarlos allí, en lugar de soterrarlos», explicó a este periódico el gerente del Consorcio Patrimoni de la Humanidad, Emilio Pérez Echagüe.

El Consistorio de Eivissa planea desde hace muchos años derribar la estación eléctrica, que se alza en medio de la calle e impide la visión de parte de la fachada marítima del puerto y de algunas casas históricas de la ciudad. El Consorci Patrimoni de la Humanidad dispone de una partida de 150.000 euros (25 millones de pesetas) para reubicar los transformadores de la estación.