Les conocen simplemente como Víctor y Marcela, una pareja que desde hace nueve años baila tango, principalmente en su ciudad, Buenos Aires, aunque también recorren numerosas ciudades europeas como maestros. Ahora el destino les ha traído hasta Eivissa para impartir un curso de un mes de duración en el Centro de Danza. «Este es un lugar con un terreno muy virgen en el tango, pero que cuenta con un importante colectivo de argentinos», argumenta Víctor Danelinck, un arquitecto que abandonó esa profesión para dedicarse plenamente al baile. Actualmente en las Pitiüses no existe ningún espacio en el que se puedan reunir para bailar los amantes del tango, pero, según Víctor, son precisamente este tipo de actividades las que propician «que pueda surgir algo así».

Marcela Troncoso, quien al igual que su compañero renunció a ejercer aquello para lo que había estudiado una carrera, la medicina, decidió un buen día cambiar el baile clásico por el tango, una danza que ella describe como «un abrazo en armonía en el que existe una conexión muy fuerte entre el hombre y la mujer». Por su parte, Víctor apunta que el tango tiene mucho de improvisación y que está en permanente creatividad. «Ahora la mayoría de los bailes son simétricos, el hombre y la mujer hacen lo mismo, pero en el tango hay dos roles muy diferenciados y cada actuación es diferente, partiendo de pasos básicos se van variando las coreografías», afirma.

La próxima parada de estos bailarines les llevará hasta Granada, para actuar en el Festival Internacional de Tango de esa ciudad. «Después iremos a Alicante y dentro de unos meses a Suecia, donde nos encontraremos con unos antiguos alumnos para darles más clases», explican. Precisamente en la capital de Argentina existe mucho «turismo tanguero» que aprovecha sus vacaciones para aprender a bailar tango. El curso se impartirá los lunes, miércoles y viernes a las 20,00 horas en el Centro de Danza de Eivissa. El precio es de 10 euros por clase. Los interesados pueden llamar al 620 157 621 o al 971 32 52 05.S.Y.