A unque a primera vista no lo parezca, en las Pitiüses también se hace negocio con el frío y las bajas temperaturas y no sólo en verano, temporada de las mayores ventas de helados y hielo. Los responsables de empresas de limpiezas forestales y venta de leña viven con las bajas temperaturas su propia temporada alta. «Nuestra época fuerte es siempre en invierno con la llegada del frío», explica Toni Bonet, propietario de Trabajos Forestales Can Jordi de Sant Antoni. En las últimas semanas, con la aparición de las bajas temperaturas, ha visto cómo salvaba su campaña de venta de leña: «Esta temporada a mediados de diciembre habíamos hecho la mitad de la caja prevista y hasta Navidad la cosa no se animó demasiado», explicó este vendedor de leña cortada, que sabe que el frío antes o después siempre se deja notar en la isla. «Más tarde o más temprano siempre hay un mes o dos de frío antes de la aparición del calor. Siempre ha sido así, lo que pasa es que este invierno el frío se ha hecho de rogar», comentó en un momento de descanso.
Toni Bonet aclaró que esta campaña las ventas no se han incrementado, sino que se han concentrado en un espacio de tiempo menor. «Lo que ha pasado este invierno es que la gente no ha comprado la leña en noviembre, sino que ha esperado a la llegada del frío para hacer su reserva, pero la cantidad de leña que ha pedido nuestra clientela fija no ha variado respecto de otros años», reveló Bonet, que sí ha visto incrementada la venta de leña al por menor: «Los sábados por la mañana son muchos los particulares que vienen a por sacos de leña para la chimenea», dijo.
Opinión similar comparte José Bonet, hermano del anterior, que regenta otro establecimiento de venta de leña. «Nosotros trabajamos todo el año recogiendo leña y haciendo labores de limpieza de montes. Este año el incremento de pedidos habrá sido de un 25 por ciento en las últimas semanas, pero el volumen más alto de ventas lo tenemos siempre en septiembre con nuestros clientes fijos, que es cuando hacen acopio de leña para hacer frente al invierno», detalló.

Toni Marí, del aserradero Ca na Negreta Pitiusas, admitió que las ventas de leña para calefacción en su negocio han caído esta temporada a pesar de la bajada de las temperaturas. «Vendemos menos leña para quemar que otros inviernos a pesar de que los precios han bajado porque hay mucha leña de pino», explicó. «Este invierno hay mucha oferta de leña debido a los temporales registrados el invierno pasado y éste que han tirado con muchos árboles. En el monte de Puig de Can Josepet, en Sant Josep, hay al menos dos millones de kilos de pino para sacar pero en Eivissa no hay demanda. En estos momentos estoy estudiando la manera de ver si es posible vender esta leña fuera de la isla triturando las ramas para hacer el compuesto vegetal para conglomerado de pino y venderlo a una planta de Teruel, sino es muy posible que una gran parte de esta leña acabe pudriéndose», confesó.

Otra de las opciones que este empresario de la madera ha estudiado es el comercio de sacos contenedores de leña diversa en Formentera, una vía de salida a este producto que aún no había sido explotada desde Eivissa hasta el momento.
Lo habitual tanto en Ca na Negreta como en los negocios de Toni y José Bonet de Can Jordi, es que se venda madera de pino y olivo. La leña de pino es mucho más fina y barata, el precio del saco está entre los 0'60 y 0'150 céntimos de euro. «Se utiliza para dar calor y caldear las casas de una manera rápida», dijo Toni Marí. «La leña de olivo, que suele venir de la zona de Andalucía, se utiliza para mantener ese calor durante horas y se vende en menor cantidad», agregó. En este caso el precio de un saco de 25 kilos ronda los 6 euros, y además de la madera de olivo suele venderse también restos de almendro, savina, algarrobo o roble de los que se trabajan en el aserradero que aprovechamos para venderlo, al igual que el serrín.E.Estévez