No sólo es difícil alquilar un piso a buen precio sino que, a veces, se producen complicaciones y abusos.

Los casos con los que se han encontrado en este centro son de todo tipo pero las consultas principales figuran en torno a la contratación, la renta y a los gastos y mantenimiento. Un caso corriente es el de personas que pagan por un alquiler cantidades diferentes en invierno y en verano, o que se les cobra una renta distinta a la pactada. La fianza es otro de los temas de consulta habituales. Sobre todo interesa saber si pueden recuperarla, qué gastos por desperfectos pueden restarse de esa cantidad, o saber si están obligados a pagar esta cantidad añadida.

Entre los casos más llamativos con los que se ha encontrado la oficina del consumidor están los de personas a las que quieren echar de una casa a pesar de tenerlo todo pagado o inquilinos que son «invitados» a abandonar el piso a pesar de que llevan menos de cinco años disfrutándolo. Incluso se han encontrado con casos de intento de venta de un piso con inquilinos dentro o de personas que alquilan un piso y realmente lo que están alquilando es una habitación.

Tal y como sucede en muchos más ámbitos del consumo, la oficina ha detectado que existe una gran falta de información al respecto de los alquileres.

Los gastos y el mantenimiento son otros temas que suponen demandas. Las personas que se acercan a la oficina preguntan sobre quién es el responsable de los arreglos de la casa y de las reparaciones en general. También se han dado quejas por la petición de cantidades de cinco años atrás en el pago de basuras o que les quieran cobrar el pago de suministros que correspondían a otros inquilinos, dudas sobre a quien toca pagar un cambio de voltaje, o si se pueden restar de la cuota mensual los gastos de obras, recibos de agua y de luz.

Decenas y decenas de preguntas que demuestran que las ilegalidades están a la orden del día pero también la desinformación por parte de los inquilinos, que se ahorrarían disgustos aclarasen sus dudas antes de alquilar.