La decisión de Pilar y Juanjo de abandonar la isla para buscar un tratamiento especializado para su hijo diagnosticado de autismo ha destapado una situación a la que no es ajena otra familia, la formada por Toni y Francis, una pareja de Sant Jordi que lleva 25 años en Eivissa. Hace cinco años nació su hijo Raúl. Un niño sano tras un parto con cesárea, pero sin más complicaciones. Cuando Raúl tenía poco más de un año comenzó a ir a la escuela infantil de Cas Serres. «Allí me dijeron que le ocurría algo», recuerda su madre, Francis. Igual que al hijo de Pilar, se planteó la posibilidad de que su hijo estaba sordo. En una prueba en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla le recomendaron que fuera un neurólogo. Meses después acudió al hospital San Juan de Dios de Barcelona donde se descartó la sordera. Tras visitar a varios especialistas, un médico de Barcelona le diagnosticó autismo en noviembre de 2001. El informe del médico recomienda que «la intervención psicopedagógica esté centrada en favorecer las habilidades comunicativas y sociales sin perder de vista que en un futuro Raúl precisará una escolarización especial».

Actualmente el niño está en segundo año de educación infantil en el colegio de la Consolación por recomendación del equipo de atención temprana de la Conselleria d'Educació. Sin embargo, no es suficiente: «Necesito un colegio adecuado y clases adecuadas», insiste la madre. Ante esta situación, Francis decidió junto a otras madres, también con hijos autistas, pedir una entrevista al delegado de Educació, Antoni María, para reclamarle un aula especial para estos niños. Al final, la cita ha sido fijada para hoy a las diez.

Al mismo tiempo, Francis reparte folletos para localizar a familias con su mismo problema: «Padres de niño autista busca contactar con otros padres que tengan el mismo problema para pedir una atención especial para nuestros hijos. Interesados contactar con Francis en el teléfono 971390761».