Los hoteleros criticaron el optimismo «irreal» del conseller y
matizaron estas palabras, afirmando que, por las noticias con las
que cuentan, «los touroperadores británicos han detectado un
estancamiento de las reservas hacia las Pitiüses» desde que el
conflicto de Irak se contempla como una posibilidad real. Este
hecho, unido a la caída de reservas del mercado alemán no compensa
el alza de otros mercados como el italiano y el español que suponen
remarcar más la estacionalidad y reducir la duración de la
temporada alta.
Carmel Bonnín, director del CITIIB, fue el encargado de exponer
los datos turísticos de cierre de 2002, que confirman descensos en
la practica totalidad de las variables, desde número de turistas a
pernoctaciones pasando por tasa de ocupación. Uno de los datos más
preocupantes para las Pitiüses es la caída del 6 por ciento del
mercado británico, que han causado que la media de descenso de este
mercado sea más significativo de lo esperado.
A pesar de los datos, Bonnín negó que se trate consecuencias a
hechos directamente imputables a Balears. A su juicio, los
descensos se deben a causas externas como el 11 de Septiembre y la
sensación de inseguridad y miedo a volar. Por su parte, tanto el
presidente de la Federación Empresarial Hotelera, Pedro Matutes,
como otros empresarios presentes en la feria aseguraron que es
«cobarde» achacar los problemas sólo a causas externas cuando están
detectando «faltas graves» como la escasa promoción y la poca
efectividad de la publicidad que sí se realiza por falta de visión
de mercado. Como muestra de ello, pusieron el ejemplo del stand de
Balears, «mucho peor que el de otros destinos turísticos más
débiles», señalaron.
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