Los comerciantes afectados por las obras de las aceras ayer en la puerta de uno de los establecimientos.

Los comerciantes de la calle Bartolomé Vicente Ramón están ya más que hartos de tener las aceras que hay frente a sus negocios patas arriba. El Ayuntamiento de Eivissa inició en la primera semana de noviembre las obras para cambiar las baldosas de las aceras, pero casi tres meses después, no sólo no se han instalado las nuevas losetas sino que el borde del norte aún tiene una zanja abierta en canal de un extremo a otro de la calle.

El tramo de la calle afectado por las obras está repleto de establecimientos comerciales, cuyos ingresos se han visto severamente mermados por el estado de la calle. «La gente cuando llega a la esquina y ve como está la calle, se da media vuelta y dice: 'ya iré otro día'», explica Mari Carmen Izas, que regenta una peluquería.

El problema de Mari Carmen no se ciñe sólo al polvo y a los obstáculos que han de salvar sus clientes para acceder a la peluquería: «Hay continuos cortes del suministro de agua. Hoy mismo -por ayer- nos hemos quedado sin agua y teníamos una cliente con el tinte en la cabeza. Los cortes llegan sin aviso. En estos casos, no podemos atender a nadie».

La protesta de los comerciantes de esta calle es unánime. «Esos dos contenedores llevan casi tres meses aquí y huelen a orina y son un foco de suciedad», explica Antoni Riera, otro de los afectados por las largas obras. «Los ingresos han bajado notablemente», subraya este comerciante de una tienda de comestibles. Lo mismo dice Mari Carmen Periago, que atiende un comercio de alfombras y textiles: «Por aquí no pasa nadie. Ya pedimos una solución al Ayuntamiento en diciembre, pero no sirvió de nada».

Las obras acumulan un retraso tan largo, según el Consistorio, por el hecho de que al levantar la acera se comprobó que la tubería del agua potable estaba en muy mal estado. «Tuvimos que pedir esta tubería de fuera, y ha tardado bastante en llegar», apunta el edil de Urbanismo, Joan Boned, que curiosamente reside en esta calle: «Entiendo perfectamente a todas estas personas. Yo lo veo cada día». Boned asegura que seguramente hoy mismo empezarán a instalar la tubería en uno de los lados de la calle y, en el otro, se colocarán las baldosas.