Adela, Laura y Daniel Arias en un descanso junto a su madre.

Pocos fueron los pequeños y pequeñas que ayer salieron a la calle para estrenar los juguetes que durante la madrugada del domingo al lunes les habían dejado sigilosamente Melchor, Gaspar y Baltasar. Los fuertes vientos registrados durante toda la jornada provocaron un Día de Reyes atípico en el que apenas se respiró ambiente festivo en las principales calles de las localidades de las Pitiüses.

Pasado el mediodía los trillizos Laura, Daniel y Adela Arias de 6 años daban las primeras pedaladas a sus bicicletas en el Parque de la Paz bajo la atenta mirada de sus padres tras haberse encontrado con los deseados regalos a primera hora de la mañana.

En Vara de Rey poco más tarde Ana, de 6 años, disfrutaba con el regalo que los Reyes Magos habían dejado a su hermano Adrián de año y medio, un gracioso perro. «A mí me han traído un ordenador, un libro de cuentos», comentaba graciosa esta pequeña junto a su padre y hermano.

La mayoría de los niños y niñas optaron por quedarse en sus casas para montar sus juegos y familiarizarse con los que, a partir de ahora, serán sus compañeros de juego durante los próximos meses apurando hasta el final las últimas horas de vacaciones antes de incorporarse a las aulas e inaugurar el segundo trimestre del curso.
R.D.