La carretera que une Puig den Valls con el hipódromo de Sant
Rafel es una estrecha vía en la que a lo largo de 3.500 metros se
abrieron unas zanjas (en las que se introdujeron las tuberías de la
interconexión) que fueron defectuosamente cerradas. Existen
desniveles de hasta 10 y 20 centímetros que convierten la
conducción en una especie de rally París-Dakar.
Las zanjas mal tapadas, que llevan así más de un mes, no serán
asfaltadas hasta después de las fiestas de Navidad, ya que la
empresa encargada de ese trabajo ha cerrado por vacaciones. El
martes día 7 de enero podría iniciarse esa operación, aunque
experiencias anteriores en otras carreteras y municipios inducen al
pesimismo.
La obra suma también las protestas de los vecinos del barrio de
Can Guasch, en Santa Eulària. El Ayuntamiento remitió una queja a
Medi Ambient a raíz de que los servicios técnicos comprobaran que
la empresa encargada de ejecutar el proyecto, ACS, había abierto
las zanjas sin respetar las conducciones de agua, saneamiento y
alumbrado público. Al igual que en Puig den Valls, también dejó el
pavimento «hecho un desastre», según denunció en noviembre el
concejal de Urbanismo, Vicente Riera, si bien en ese caso ACS
cubrió las zanjas de hormigón sin fresar antes la superficie.
También ha habido quejas en Sant Rafel sobre la actuación de
ACS.
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