Las Navidades en Formentera se caracterizan, año tras año, por una notable sensación de que la isla, por estas fechas, está cada vez más vacía. Es algo más que una sensación de los pocos que permanecen en Formentera, es una constatación de que los lugares públicos, especialmente restaurantes, bares y locales de marcha nocturna, tienen sus puertas cerradas durante las Navidades. Unos porque cerraron al concluir la temporada turística, a finales de octubre, y no abrirán hasta el primero de mayo, fecha en que se inicia una nueva temporada; otros porque juzgan que en esta época el negocio es flojo y prefieren irse de vacaciones y los últimos, porque tras experiencias anteriores poco rentables, desisten de mantener abiertos sus locales durante las fiestas.

Los más osados, o más negociantes según se mire, prevén abrir sólo unos días durante la Navidad para intentar sentar en sus mesas a quienes no encuentran donde hacerlo porque la demanda, aunque corta aún es superior a la oferta. Sin embargo también hay casos en los que algún empresario no abrirá por fin de año porque «nadie quiere trabajar en esas fechas o si deciden hacerlo piden tal cantidad que no sale a cuenta», afirma el propietario de una discoteca de es Pujols.

Claro que esta circunstancia no es rara ya que como explica un hotelero «es imposible encontrar personal para trabajar en invierno, suerte que nosotros en esa época llevamos el negocio entre la familia, de lo contrario tendríamos que cerrar». Otras personas consultadas confirman esta tendencia: «La gente se ha acostumbrado a trabajar durante la temporada turística y luego pasar seis meses sin hacer nada y cobrando el paro y no hay quien les saque de ahí», afirma la responsable de un establecimiento que tiene problemas para encontrar personal en temporada baja.

«Encima muchos de ellos -afirma el arrendatario de un conocido bar-, cobran el desempleo pero vuelven a sus pueblos de origen en la península y ahí trabajan en el campo, cobrando en negro, claro». Si la falta de personal es acuciante no lo es menos la oferta de restauración durante estos días. Este año los pocos restaurantes que aún permanecen abiertos están preparando sus menús para Nochevieja, porque en Nochebuena como mucho se añadirá algún plato especial o típico a la carta habitual.