La portavoz de la organización ecologista Amics de la Terra, Hazel
Morgan, ha elaborado un informe que alerta sobre los impactos tanto
de las obras como de la actividad que supondría la ampliación del
aeropuerto de Eivissa. El estudio asegura que la realización del
proyecto supondrá impactos ambientales y socioeconómicos «graves e
irreversibles». Entre ellos está el impacto sobre los ecosistemas
protegidos durante la ejecución de las obras, ya que la presencia
de máquinas y personas puede influir de forma negativa en la
nidificación de las aves.
Los impactos de carácter permanente se producirían por la
ocupación de los terrenos incluidos dentro de la zona periférica de
protección del Parque Natural de ses Salines de Eivissa y
Formentera. La ampliación de la plataforma de aviación comercial y
la implantación del lugar de estacionamiento aislado «implica la
eliminación del efecto amortiguador de la franja de protección y el
aumento de la proximidad a ecosistemas frágiles», remarca el
estudio.
Los lugares más afectados son los sistemas dunares en es Codolar
-hábitat protegido por la Directiva Hábitats de la Comunidad
Europea e incluidos dentro del espacio del Parque Natural de ses
Salines- y el sistema litoral de la playa de es Codolar, con
comunidades de aves migratorias en una zona catalogada como de
especial protección.
Por otra parte, consideran que la necesidad de ampliar el
aeropuerto no está bien justificada ya que las cifras incluidas «no
demuestran la existencia de una demanda real». Añaden, incluso, que
aunque existiera una demanda real que pudiera justificar la
necesidad de ampliar el aeropuerto, los impactos negativos en su
conjunto sobre el territorio insular son suficientes y graves como
para desaconsejar dicha actuación con efectos insostenibles.
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