SARA YTURRIAGA
Juana Gomila, Nieves Torres, Emilia Solera, Susana Patricia Deakin y María Boned. Todas ellas tienen algo en común, son donantes de sangre desde hace más de 20 años. La Asociación de Donantes de Sangre de las Pitiüses y el Consell Insular prepararon conjuntamente un sencillo homenaje para agradecer la solidaridad de estas mujeres para las que la donación se ha convertido en una cita ineludible. «Siempre lo antepongo a cualquier otra cosa y aunque al principio me daba pánico que me pinchasen, luego se te pasa», dice Juana Gomila, una mujer que lleva más de tres décadas ayudando a los demás a través de la aportación más personal que nadie puede hacer.

A Juana, quien consiguió en una ocasión la distinción de 'Gran donante', todavía se le llenan los ojos de lágrimas cuando recuerda alguna de las historias más tristes que le ha tocado vivir, pero asegura que aunque algunas de ellas no tuvieran un final feliz, a ella siempre le quedará la satisfacción personal de haber intentado ayudar a salvarle la vida a alguien. No duda en animar a la gente para que se hagan donantes porque, como ella dice, «cualquier día la podemos necesitar nosotros». Todas ellas llevan a cabo ese particular ritual tres veces al año y hasta los 65 años, tal y como está estipulado que debe hacerse.

La presidenta del Consell, Pilar Costa y la consellera de Benestar Social, Sofía Hernanz hicieron entrega de una placa a cada una de las homenajeadas. Por su parte, el presidente del Asociación de Sangre de Eivissa y Formentera, Antonio Sepúlveda, afirmó que las Pitiüses ha sido la región española «con mayor crecimiento relativo». Hoy hay 27 donantes por cada 1.000 habitantes, en total unas 3.000 personas, pero Sepúlveda confía en alcanzar los 33 en poco tiempo.