Desde hace cinco años una legión de aprendices de clowns, o lo que es lo mismo, de payasos, ocupan la isla de Eivissa. Tienen su local de ensayo en la localidad de Es Cubells y cada cierto tiempo presentan sus originales espectáculos ante el público de la isla. Eric de Bont es el creador de la Bont's Escuela Internacional de Clown, que precisamente esta semana celebra su quinto aniversario.

Los 20 alumnos del curso de dos meses que ahora finaliza, presentarán sus trabajos finales. Unos 15 números que se podrán ver hoy y mañana, a las 21'00 horas, en la Asociación de Vecinos de Es Cubells y el sábado, a la misma hora, en Las Dalias. Hoy, la mayoría de los ibicencos han oído hablar de Eric de Bont y han visto alguno de sus espectáculos, pero cuando en septiembre de 1997 éste maestro del humor llegó a la isla tuvo, como el dice, que «traducir la palabra clown». En esta particular escuela se intenta crear una figura que transmita un humor inteligente, fino y principalmente dirigido a un público adulto.

Alumnos llegados desde Australia, Alemania, Italia, Bélgica y, por supuesto, de España, componen la última promoción. Instaurar en Eivissa una escuela de estas características conllevaba un alto riesgo, pero la insularidad no ha sido en ningún momento una traba, y hay largas listas de espera de gente interesada en aprender de Eric de Bont. «Quienes vienen lo dejan todo, familia y trabajo, para dedicarse intensamente a esto. Es una confrontación personal, no pueden escapar de la isla», apunta el profesor.

Cada cultura le aporta sus particularidades a la figura del clown, pero el mensaje final, siempre teñido de humor, es universal. Aún así, cada país concibe al clown de forma distinta: «Los españoles y los italianos cogen mucho más rápido la idea del bufón, un personaje que se acerca más a la parodia, al humor negro; por el contrario, a los holandeses les cuesta muchísimo», asegura Eric. También a los japoneses les resulta difícil deshacerse de la máscara que cada persona lleva puesta. «Para ser clown hay que abrirse al público, ser vulnerables, y eso les resulta muy difícil».