Las dificultades económicas para afrontar una reforma en muchos de los locales y la estacionalidad son las dos principales dificultades que tienen muchas de las guarderías de Eivissa para cumplir con la normativa del Ministerio de Educación para adaptarse a centros de infantil. La presidenta de la Asociación de Guarderías, María Àngeles Mostazo, dijo ayer que «económicamente no se puede afrontar la reforma», ya que la mayoría de las guarderías se encuentran «en casas payesas alquiladas y hay muy pocas en propiedad». Para hacer las ampliaciones necesarias para la adaptación «hace faltan hacer muchas reformas; y no sólo es la parte económica, sino que no todos los dueños dejan ampliar».

Sin embargo, no pasa igual con las titulaciones necesarias de los profesionales para trabajar con niños. «Hay muchas guarderías privadas que cumplen todos los requisitos y trabajan con el proyecto curricular. Nos fallan los espacios», añadió Mostazo.

La estacionalidad constituye otro de los problemas. «Hay muchas guarderías que trabajamos en verano, pero en invierno se reduce el trabajo», explicó. Así, sucede que en temporada alta se puede tener el doble de niños que en invierno. «Hemos de afrontar lo que requiere la ley, aulas de 30 metros, para hacer estas ampliaciones pero cuando llega el invierno no tienes la ratio de niños. Hay que despedir personal y reducir horarios para seguir funcionando. Hay un par de meses al año donde no se cubren los gastos», comentó la presidenta. A su juicio, las particularidades insulares se deberían de tener en cuenta «a la hora de aplicar una ley, no hacer una ley general para todos».

Mostazo mantuvo reuniones en Palma con el conseller d'Educació, Damià Pons, y el director de Planificació i Centres, Jaume Gual, para abordar esta cuestión y en ellas se presentó un estudio en el que se reflejaba la problemática de las Pitiüses. Ante los resultados del informe, la Asociación mantendrá una reunión para abordar el estudio realizado por la Oficina de Defensa del Menor.