Un técnico del Ayuntamiento de Sant Antoni comprobará en los próximos días «el uso y destino» que Susan Garton Woodhouse da al garaje de 43 metros cuadrados que ha construido a 100 metros de distancia de su vivienda habitual, situada en un Àrea Natural de Especial de Interés (Anei), según anunció ayer la concejala de Urbanismo, Blanca Castiella. La edil señaló que tras ver la fotografía del garaje/almacén de Garton publicada ayer en este periódico tiene dudas de que realmente sea utilizado para ese fin, que fue para el que el Consistorio le dio autorización en agosto de 2001.

En caso de que el celador observe que, por ejemplo, se emplea como vivienda, sería abierto un expediente de infracción y el edificio podría ser precintado hasta que se adecuara al uso para el que fue concebido. Según Castiella, «no tendría sentido» que ese garaje tuviera cuarto de baño, que sólo es obligatorio en el caso de los almacenes agrícolas, que no es el caso.

La construcción de ese habitáculo fue solicitada en mayo de 2000 por Susan Garton, miembro de la directiva de Els Verds y responsable de los asuntos relacionados con formación. En esa época, la verde inició los trámites para construir allí un garaje de 24 metros cuadrados. El Ayuntamiento dio entonces permiso, que posteriormente denegó al comprobar que estaba alejado 100 metros de la casa (algo que prohíbe la Ley de Espacios Naturales, LEN) y en zona Anei, afectada por la moratoria. Tras el recurso presentado por Garton, el Consistorio dio la licencia, aunque no para edificar una vivienda.

El grupo progresista denunció ayer esa construcción ante el Consistorio por considerar que «hay indicios de que se trata de una segunda vivienda y no sólo de un garaje». El Pacte pide que los servicios técnicos lleven a cabo una «inspección exhaustiva y eleven un informe de la construcción interior y exterior».