Más de la mitad de las personas que cuidan a un afectado por Alzheimer tiene problemas de salud, muchos de ellos depresión. Este es uno de los datos de la encuesta de valoración del proyecto respiro que realiza la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer. La iniciativa, como su nombre, indica, trata de dar un respiro a las familias de Eivissa que tienen a su cargo a una persona afectada por esta enfermedad degenerativa. La encuesta recoge la escasa atención pública que tienen enfermos y familias. La encuesta refleja que «los usuarios que reciben el servicio de ayuda a domicilio (SAD) piensan que necesitarían disponer de este recurso más tiempo. También hay que destacar que pocas familias reciben el SAD público».

La Asociación recuerda que sólo recibe esta ayuda el 0'96 por ciento de la población mayor de 65 años de las Pitiüses, la media más baja de Balears cuya media se sitúa en el 3'11 por ciento. Asimismo, el sondeo recoge que «las familias que reciben los servicios de salud a domicilio piensan que también son insuficientes». Los propios beneficiarios de esta atención, que presta la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, coinciden en que a este colectivo «le faltan recursos económicos para gestionar las demandas que realizan las familias».

El proyecto respiro presta atención a 22 enfermos. La mayoría de los usuarios se encuentra entre los 70 y 80 años. Predominan mujeres y su estado de salud no sólo es precario porque padece Alzheimer, sino que también sufren Parkinson, diabetes, artrosis, hernias, úlceras de estómago y cáncer. Todas las personas presentan dependencia de terceros, los cuidadores, para las actividades diarias (control de esfínteres, comer, vestirse, ducharse, peinarse, cocinar o salidas). Sus principales cuidadores son esposo/a o hijo/a.

Nueve de los 22 cuidadores sufren depresión y solo tres tienen un estado de salud aceptable. Sin embargo, el 95 por ciento de los enfermos necesitan una atención superior a 12 horas lo que denota un grado de dependencia del enfermo muy elevado. Las familias agradecen este proyecto porque así disponen de más tiempo libre ya que acuden profesionales a su casa para cuidar al enfermo y destacan una mejora en la higiene del enfermo pues existen dificultades para realizarla debido a la avanzada edad de los cuidadores.