El Ayuntamiento de Eivissa aprobó ayer, con el voto en contra del
PP, una ordenanza para garantizar la conservación de las fachadas y
tejados de los edificios del municipio. El objeto de esta ordenanza
es, según apunta el concejal de Urbanismo, Joan Boned, asegurar el
cumplimiento del deber de los propietarios de mantener los
elementos exteriores de sus edificios en perfecto estado de
conservación. Para ello, los inmuebles de más de 15 años deberán
tener un certificado de seguridad, emitido por un técnico
competente, que acredite el estado de conservación y de seguridad
de los elementos exteriores de los edificios que den a la vía
pública o puedan afectar a terceros.
El incumplimiento de esta ordenanza se penalizará con sanciones
económicas que pueden ir de 450 euros al 10-20 por ciento del coste
de la reforma prevista. Esta última en el caso de que el
propietario se niegue a acometer el proyecto de obra indicado por
el Ayuntamiento para garantizar la seguridad y conservación del
edificio. Los inmuebles que tengan más de 100 años de antigüedad
tienen un plazo de un año para obtener el certificado de garantía,
mientras que los que están por encima de 50, dos años, y los que
están por debajo, seis años. Boned reconoció que al Ayuntamiento le
preocupa el estado la fachada marítima. «Vamos a invertir tiempo y
dinero para solventar este problema», señaló.
Por su parte, el PP pidió la retirada de la normativa y la
redacción de otra. «No es el instrumento más adecuado y supone un
gasto a los propietarios, que, además, es insuficiente para
garantizar la seguridad», señaló la portavoz de la oposición,
Virtudes Marí. El PP, según anunció Marí, presentará alegaciones en
contra de la nueva normativa ya que entiende que técnicamente para
garantizar la seguridad del edificio no puede separarse la fachada
y la cubierta del resto del edificio. «Es insuficiente. Hay que
analizar el conjunto. Si la idea es mantener las fachadas, éste no
es el instrumento más adecuado para ello», advirtió la portavoz de
los populares.
Por otro lado, el Pacte rechazó las alegaciones presentadas por
el PP en contra de la modificación de la ordenanza fiscal
reguladora de la tasa para licencias de autotaxis. En ésta, el
Ayuntamiento prevé el cobro de 56.000 euros (casi 9'5 millones de
pesetas) por la concesión de una licencia de taxi, que se
reembolsarán cuando el titular no quiera seguir explotando la
licencia. El PP considera que el Ayuntamiento está confundiendo la
tasa con una fianza y, por ello, pidió la redacción de un informe
jurídico, algo a lo que se negó tajantemente el concejal de
Gobernació, Pedro Campillo. «Es innecesario y, asemás, retrasaría
su puesta en marcha», justificó.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.