La falta de pruebas lleva a punto muerto la investigación de la pesca con dinamita

Los responsables de la conselleria confirmaron que «se realizaron diferentes actuaciones encaminadas a esclarecer los hechos y a intentar hallar el culpable de los mismos», señalando en este sentido que «la inspección de pesca visitó diferentes establecimientos comerciales para ver si era posible descubrir sèrvies que presentaran las evidencias de haber sido pescadas con dinamita, ya que la espina dorsal partida es una prueba concluyente». La actuación se justificaba por el hecho de que una pesca tan elevada de ejemplares nunca puede ser para el autoconsumo y que, por tanto, se le debía dar una salida comercial bien en circuitos legales o de forma ilegal.

Asimismo, Joan Ferrer y la inspectora de pesca del Consell, Virginia Marí, señalaron que «tanto el GEAS como el Seprona intervinieron en el caso sin llegar a encontrar nada en concreto», remarcando que por la gravedad de la infracción «si no tienes pruebas, no tienes nada». La procedencia de la dinamita sigue siendo un misterio ya que aunque el manejo de explosivos actualmente está muy controlado extraña que un particular pueda tener dinamita a su disposición «habida cuenta de los controles exhaustivos que se realizan para su distribución y uso».

Los técnicos de la Conselleria apuntan que es muy difícil que se reproduzcan este tipo de actos delictivos por cuanto «cada año hay más vigilancia en las costas, tanto por parte de la inspección de pesca, vigilantes de las reservas naturales o por la Guardia Civil del Mar», dijo Ferrer, que añadió: «Hay que tener en cuenta el elevado número de submarinistas profesionales o aficionados, pescadores deportivos o clubes deportivos que están por el litoral ibicenco, que pueden acabar con la impunidad del pescador o pescadores pirata», máxime teniendo en cuenta que los islotes de es Vedrà y es Vedranell son muy visitados a lo largo de todo el verano.