En la imagen principal, un hombre aguanta una gran 'sèrvia'. Foto: ROMANÍ.

GUILLERMO ROMANÍ La pesca con dinamita, una actividad totalmente prohibida por las normativas tanto nacionales como europeas, se sigue practicando en aguas de las Pitiüses. La práctica está teniendo graves efectos en las especies de la zona de es Vedrà, una de las favoritas para esta práctica, como demuestran las fotografías tomadas en ella y a las que que ha tenido acceso . En esta fotografías el paisaje submarino tras una de estas explosiones provocadas es desolador, con más de 130 sirvias muertas esparcidas en un radio no superior a los 50 metros y con unas profundidades que oscilan entre los 10 y los 30 metros. Las imágenes fueron captadas hace unas semanas en la zona conocida como La Bota un bajo cercano al islote, al suroeste de la isla de Eivissa y justo en el límite exterior del Parque Natural de Cala d'Hort. Todos los ejemplares de sirvia fotografiados tenían algo en común: la espina dorsal rota a consecuencia de una fuerte explosión submarina.

Ultima Hora Ibiza y Formentera

La sèrvia (Seriola dumerili, serviola, en castellano) es una especie muy apreciada por su carne que en lonja se paga a unos 8 euros el kilo mientras que en las pescaderías se cotiza alrededor de los 14 euros el kilo. El día en que fueron captadas estas imágenes, había en el lugar alrededor de 130 sirvias con un peso que oscilaba entre los 4 y los 6 kilos, incluso más en los ejemplares más grandes. Un promedio de 5 kilos por pieza significa 650 kilos de pescado destrozado en el fondo del mar que podría haber tenido un precio global de unos 9.100 euros, más de un millón y medio de pesetas.

Desgraciadamente, el efecto de la dinamita es devastador para todas las especies que se encuentran en las inmediaciones de la explosión y los submarinistas que captaron este impresionante documento registraron la presencia de salpas, obladas, castanyoles, espirógrafos y todo tipo de peces y organismos muertos en el punto en que el explosivo arrasó con cuanto había a su alrededor.

Cuando se produce una explosión de este tipo, cuyos efectos pueden llegar a 50 metros de radio, tan sólo una cuarta parte o un tercio como mucho de los peces muertos suben a la superficie para ser atrapado por estos pescadores piratas; el resto queda en el fondo, según ha podido saber este rotativo. La pesca pirata con dinamita en esta zona no es nueva por cuanto el bajo de La Bota es un lugar, según fuentes consultadas, alejado de lugares concurridos y de difícil control, lo que facilita enormemente esta práctica que podría ser considerada como atentado ecológico.