GUILLERMO ROMANÍ Los trabajos de adecuación del Camí de ses Escoles de la Mola se reemprenderán a final de este mes o a principios de octubre una vez haya finalizado la temporada turística para evitar problemas y molestias a los visitantes que habitualmente acuden al Pilar, en especial al mercadillo que se celebra miércoles y domingos. Se puede apreciar aún la excavación que se había llevado a cabo en la parte central del primer tramo del camino y la zanja abierta y vuelta a tapar en un lateral del segundo tramo.

El camino tiene un recorrido casi paralelo a la PM-820 y parte de dicha vía desde la propia plaza de la iglesia del Pilar, pasa por detrás del cementerio y del mercadillo artesano hasta el colegio prosiguiendo un centenar de metros más hasta entroncar de nuevo con la PM-820. El proyecto de rehabilitación fue redactado por el arquitecto residente en dicho núcleo urbano, Andrés Saldaña, que a su vez es el director de la obra que ejecuta la empresa Tragsa, medio propio del Ayuntamiento de Formentera. El trazado del camino es de algo menos de un kilometro y está formado por dos partes bien diferenciadas, la primera es la que va desde la plaza de la iglesia hasta el cruce del Camí de sa Talaiassa, y la segunda, desde este cruce pasando por la escuela y la pista deportiva hasta llegar de nuevo a la PM-820. El presupuesto de esta actuación es de 128.083 euros, algo más de 21 millones de pesetas, financiados entre el Ayuntamiento y el Consell d Eivissa i Formentera ya que es un PIOS de 2001.

En el primero de los tramos el camino está limitado en su casi totalidad del trazado por muros de paret seca, mientras que el segundo discurre en medio de un denso pinar. El proyecto contempla la instalación en el centro de la vía, en el primer tramo de tubos para soterramiento de cables eléctricos y telefónicos, mientras que en la segunda parte las tuberías se colocarán en uno de los laterales del camino. Además del soterramiento se arreglarán los muros en los puntos que sea necesario y se pavimentarán para que ofrezca un firme más regular que el actual, plagado de baches y piedras. El proyecto inicial contemplaba que las zanjas fueran pavimentadas de forma diferente del resto, con baldosas, para facilitar el acceso al cableado soterrado.