La llegada del euro también ha supuesto una pequeña revolución en los monederos de los miles de turistas británicos que nos visitan cada verano. En Sant Antoni, el núcleo en el que se concentra mayoritariamente el turismo procedente de las islas británicas, es donde se ha vivido más el cambio de la peseta al euro con efectos similares a los que ha sufrido la población en general durante los primeros meses del año. «El inglés se ha acostumbrado bien y creo que le ha resultado fácil hacer la conversión de libras a pesetas», señaló Vicenta Planells, la responsable de Deportes El Coral. «Ellos están acostumbrados a manejar cifras más pequeñas y la verdad es que el valor del euro es bastante equiparable al de la libra. Dos libras son tres euros, por eso no les cuesta calcular», agregó.

Vicenta, al igual que las dependientas de su establecimiento, ha vivido el cambio de mentalidad tanto en españoles como en británicos y señala que las reacciones en unos y otros han sido similares: «Al principio llevaban unas tablas de conversión pero últimamente ya no las utilizan y redondean mentalmente. Yo creo que los que peor lo llevan son los italianos», comentó Planells, que dijo que los alemanes y franceses son los que más agradecen la existencia del euro.

Elena Ramon, una de las dependientas de Deportes El Coral comentó que en general no se ha encontrado con grandes dificultades: «Lo llevan bien. Pocas veces preguntan el precio en su moneda», señaló. Matías Jurado, encargado del centro comercial May, señaló que lo más incómodo son los cambios de valor de la libra. «Cada dos por tres cambia su valor y eso es incómodo para ellos, no para nosotros. Por lo demás, los ingleses se han acostumbrado muy rápido al euro», dijo.

Los visitantes ingleses han visto con buenos ojos la adopción española de la moneda pero se resisten a hacerla propia. Paseando por el West End de Sant Antoni algunos turistas dieron su opinión sobre la nueva moneda a Ultima Hora Ibiza y Formentera . La familia Didwell, procedente de Norwich, no ha visto complicado el cambio: «No usamos conversor y es bastante fácil», confesó el señor Norwich, quien señaló que lo peor ha sido la subida de los precios. «También lo hemos notado en Grecia», señaló.