El Parque insular de Bomberos de las Pitiüses ha recibido durante
las últimas semanas numerosas llamadas de vecinos alarmados por la
presencia de avispas en sus hogares. Si se trata de ese insecto,
los bomberos siempre responden igual: ellos sólo retiran abejas.
Un portavoz de los bomberos de Eivissa explicó que los avisperos
suelen ser pequeños, sin que superen los 100 individuos, y que son
muy difíciles de retirar, al contrario que los enjambres de abejas.
¿Y cómo puede encargarse un particular de sacar de su casa a
decenas de molestas y peligrosas avispas? «Cualquiera puede
matarlas con un insecticida», explicó el portavoz: «Basta un
espray, das una pequeña rociada y no queda ninguna».
Sólo actúan en aquellos casos que afectan a personas de avanzada
edad o cuando el avispero se halla a una gran altura. Para los
demás, son los propietarios los que deben hacerse cargo de la
situación.
El entomólogo Miquel Roldán considera que esa recomendación de
los bomberos es una peligrosa equivocación, ya que las avispas
reaccionarán atacando (mordiendo y clavando sus aguijones) a la
persona que rocíe el insecticida: «En Eivissa siempre se han matado
con agua caliente, cuando el avispero estaba en un agujero del
suelo. Se esperaba a la noche, que es cuando se reúnen y están más
tranquillas, y se las escaldaba. Ese método es infalible. Pero con
el insecticida te arriesgas a tener un accidente muy grave».
En el caso de que el avispero esté situado en un alto, Roldán
recomienda esperar a la noche y taparlo con una bolsa grande de
basura. Se deja un hueco y por él se introduce el insecticida,
tapando luego esa abertura. Si están en una habitación, es
preferible sellarla y emplear un insecticida de bote, que se activa
en cuanto se abre.
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