«Mírale, está gruñendo, eso es señal de que ya está bien», comentaba ayer el director del Circo Willians, Eduardo Raluy, mientras observaba al tigre que el pasado miércoles fue operado de un tumor en la parte trasera de la pata derecha. Ayer por la noche Tom, que así se llama el animal en cuestión, salió de nuevo a la pista, y aunque su domadora se encargó de que no realizase esfuerzos, pudo ejercitarse, algo realmente importante en el caso de estos felinos.

«Son animales que necesitan moverse constantemente», puntualizó Raluy. Los responsables del circo decidieron intervenir al tigre cuando observaron que el bulto que se le había formado en la pata afectada se había hecho demasiado grande. «Llegó un momento en que ya no podía salir al espectáculo», decía el responsable de este circo que año tras año repite en la isla. La intervención la realizó un veterinario de Madrid, experto en tratar a animales grandes. «En el circo no tenemos veterinario, pero cada encargado de los animales les conoce y ve cuando algo va mal», explicó.

En un plazo de dos o tres semanas el veterinario hará una revisión a Tom para controlar su evolución, que el director asegura que será óptima. «Son menos delicados que los humanos».