Un año más el obispo de la diócesis de Eivissa y Formentera, Agustín Cortés, celebró su santo predicando en la misa solemne en honor a San Agustín, a la que acudieron decenas de vecinos que abarrotaron el templo para escuchar el sermón en el que Cortés elogió la labor cristiana del santo que cada 28 de agosto logra congregar a cientos de personas con motivo de las fiestas organizadas en su honor.

Amenizada por la Colla de Es Vedrà y el coro parroquial, la misa, que también ofició el párroco de Sant Agustí, Miguel Àngel Riera, cedió toda la recolecta al grupo de nueve misioneros ibicencos que desarrollan su labor en distintos continentes. Una vez finalizado el oficio, público y autoridades, entre las que se encontraban además del alcalde de Sant Josep, José Ramón Serra, parte de la corporación y los conselleres Josep Marí Ribas, Agustinet, y Fanny Tur, aguardaron junto a la puerta la salida de la procesión.

El desfile con las imágenes de todos los santos de la parroquia sufrió un leve retraso debido a la falta de hombros voluntarios que se ofreciesen para trasladar durante el corto recorrido procesional a los catorce santos, hecho que obligó al párroco a salir al exterior de la iglesia para pedir la colaboración de los vecinos y así finalmente hacer posible el recorrido por los alrededores del centro del pueblo coincidiendo con los últimos momentos de luz del día. La actuación folklórica de la Colla de Es Vedrà, que coincidió con la llegada de la noche, puso el broche musical del acto más solemne de la jornada. Además de los vecinos de esta localidad, fueron numerosos los grupos de turistas que ayer se acercaron hasta Sant Agustí para conocer de cerca una de las celebraciones populares más conocidas y prestigiosas de Eivissa.

La gran novedad de las celebraciones de 2002 en Sant Agustí la aporta el recién estrenado local social de Can Curt, rehabilitado y abierto al público durante la pasada primavera. Esta gran casa pagesa sirvió ayer de escenario para la recepción de las distintas autoridades que se dieron cita para participar en una de las últimas fiestas populares del verano.