El entierro del taxista Vicente Cardona reunió a numerosos profesionales del sector. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

«El sector comprende el dolor del sector del taxi por este accidente, pero no tiene nada que ver con las discotecas». El presidente de la Asociación de Salas de Fiesta de Eivissa y Formentera, José Ribas, explicaba de este modo la postura de unos empresarios que se han visto señalados «como casi culpables indirectos o directos» del siniestro que el pasado lunes dejó cuatro muertos en la carretera de Sant Antoni. Ribas recalcó que el sector que representa «lamenta» el accidente pero que, del mismo modo, critican que en numerosos medios de comunicación se apuntase que el accidente ocurrió en el tramo de la discotecas, «cuando eso no es cierto», provocando que la opinión pública «lo vinculase directamente a estas salas».

El portavoz de las discotecas de Eivissa aseguró tajantemente que el BMW que provocó el siniestro al ejecutar un adelantamiento indebido «no iba y tampoco regresaba de una discoteca» y remarcó que «el conflicto del tráfico en Eivissa es general en agosto y no se debe a estos negocios». La isla «es un punto muy fuerte de atracción como destino turístico», quiso recordar Ribas, que admitió que «hay un claro overbooking que da tantos beneficios como provoca perjuicios y el sector del taxi sabe mucho de eso». Hay que recordar que los taxistas decidieron no prestar servicio a las discotecas desde las 00'00 horas del martes a las 12'00 horas de ayer. La medida «ha perjudicado no sólo a las discotecas sino a la imagen de la isla porque muchos clientes se habrán encontrado con la imposibilidad de acceder a estos recintos», puntualizó Ribas.

Con respecto a las críticas expresadas por el presidente de la Asociación del Taxi de Eivissa, Joan Marí, que aseguró que los accesos a estas salas son «un desastre», Ribas negó que sea así y reiteró que son otras infracciones y excesos los que provocan accidentes como el del lunes. «Lo que no es correcto es que en una carretera en la que hay que ir a 60 kilómetros por hora se vaya a 120; una infracción que cometen también taxistas». Ribas, lejos de querer un enfrentamiento con la patronal del taxi, cree que las críticas directas a su sector «se deben a la calentura del momento» y apunta que «en frío, los taxistas no hubiesen llegado a la misma conclusión».

En el supuesto de que se convocase una mesa del transporte para tratar el tema, tal y como propusieron los taxistas, los empresarios de la salas de fiesta consideran que no tendrían que asistir porque el tema no está directamente relacionado con ellos, aunque no descartan participar.