La Comisión Europea considera que la ecotasa que aplica el Govern
no constituye una «doble imposición» incompatible con la
legislación europea del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Así
lo ha expresado el comisario europeo de Mercado Interior, Frits
Bolkestein, en una respuesta escrita al eurodiputado popular Carlos
Ripoll, que le había preguntado sobre la posibilidad de que se
estuviera aplicando desde 2001 una «doble imposición».
La postura de la CE fue valorada ayer positivamente por el
conseller d'Hisenda, Joan Mesquida, quien afirmó: «No nos sorprende
tal decisión, ya que confirma lo que siempre se ha dicho de que la
ecotasa no colisiona con ninguna otra figura impositiva. Lo
sucedido contradice las tésis del PP, que siempre ha basado sus
argumentos en la doble imposición. Lo sucedido tiene que hacer
pensar a algunos a la hora de tomar decisiones a partir del 1 de
septiembre, fecha en la que entra en vigor el primer plazo
cuatrimestral de la ecotasa».
El comisario europeo indica en su respuesta que que la normativa
mativa vigente permite introducir impuestos, pero «los criterios de
imposición pertenecen a la competencia fiscal de los Estados
miembros». Bolkestein confirmó que la directiva que armoniza las
normas sobre IVA en la UE autoriza la aplicación de nuevos
impuestos siempre que estos, en general, «no tengan carácter de
impuestos sobre la facturación». Recuerda que la ecotasa balear «no
corresponde a las características esenciales del IVA, condiciones
que se deben reunir, según la jurisprudencia del Tribunal europeo
de Justicia, para que un impuesto sea considerado como
incompatible».
Bolkestein cita algunas de estas características: «La ecotasa no
se aplica de manera general sino a un único sector, el de
hostelería y otros alojamientos turísticos; no es proporcional al
precio de los servicios y el mecanismo de repercusión/deducción
inherente al IVA no existe». Sin embargo, Bolkestein reconoció que
«la Comisión no dispone aún de informaciones que indiquen que la
ecotasa afecta a los turistas de una manera discriminatoria o
desproporcionada» y anuncia que la Comisión seguirá examinando el
caso. El comisario dice que la ecotasa es en la práctica «una tasa
turística que se aplica igualmente en otros destinos de la UE bajo
la denominación de tasa de estancia».
El comisario estima, además, que la ecotasa balear no equivale a
la definición de la UE de impuesto «medioambiental», que requiere
«una base imponible con efectos negativos manifiestos sobre el
medio ambiente» y que se debe sustentar en el principio comunitario
de «quien contamina paga». Es aquí, donde el portavoz parlamentario
popular Joan Flaquer afirma que la UE reconoce que se trata de una
tasa recaudatoria más que medioambiental, «será el Tribunal
Constitucional quien tenga la última palabra. El informe
comunitario deja en manos del Estado la resolución, de ahí que la
respuesta del comisario es una simple opinión más».
Carlos Ripoll: «Será el Constitucional el que decida si
hay o no doble imposición»
El eurodiputado Carlos Ripoll mostraba ayer su malestar por la
actitud del comisario Bolkestein, «el comisario ha tenido tres
meses para contestar y me tengo que enterar de la respuesta por los
medios de comunicación». Ripoll refuta claramente algunos de los
argumentos esgrimidos por Bolkestein, afirmando que en la
jurisprudeni europea no hay supuestos de doble imposición, «de ahí
que diga que este tipo de impuestos sean competencia estatal, por
lo que será el Constitucional el que tenga la última palabra».
Sobre si es un impuesto o tiene valor medioambiental, Ripoll
reconoce que en la respuesta queda claro «que no se trata de una
tasa medioambiental sino un impuesto turístico. Es una tasa
meramente recaudatoria que no tiene finalidad medioambiental».
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