Un grupo de empresarios formenterenses se reunió ayer con el alcalde de Formentera, Isidor Torres, para alertar y denunciar que la isla, en especial es Pujols, se está convirtiendo en un nuevo Sant Antoni a causa de la presencia masiva de italianos. En este sentido señalan que «se está produciendo un cambio total en el tipo de turismo que llega a Formentera», con el agravante, según aducen, de que los italianos que han sustituido a un turismo alemán y de otras nacionalidades, están cambiando por completo y paulatinamente el sistema de vida «porque están imponiendo sus horarios, que tienen muy poco de normales».
Al respecto señalan que permanecen en la playa hasta las diez de la noche, van a cenar a las doce, llegan a los bares a las dos o a las tres de la madrugada y «siguen dando guerra» hasta primeras horas de la mañana. A este paso, según señalan los empresarios, comerciantes y vecinos, «se va a perder una de las principales características distintivas de Formentera, ser un lugar tranquilo y de descanso». Uno de los empresarios no ha dudado en afirmar que está totalmente en contra de este tipo de turismo: «Nos da miedo los turistas que están viniendo porque de seguir así el futuro turístico de la isla es muy oscuro».
En esta reunión, a petición de los propios empresarios, éstos hicieron un repaso a los problemas más candentes de la isla, de la que es Pujols es el paradigma, según los interesados, ya que es donde de forma más flagrante se hacen patentes «los problemas de ocupación abusiva de la vía pública y de caos en el tráfico, los incumplimientos de las normativas de horarios de establecimientos nocturnos o de niveles sonoros, la masiva presencia de publicidad indebida y la venta ilegal de frutas en las playas por gente que cada día embarca desde Eivissa y que expende productos sin permisos y sin condiciones sanitarias, así como la proliferación de okupas y de campistas». Los vecinos de es Pujols también señalan «el preocupante incremento de la inseguridad, que se traduce en el aumento de robos de los últimos tiempos, lo cual es una muy mala imagen para la isla».
Los empresarios, que acudían en representación de un amplio colectivo que engloba a comerciantes de todo tipo y a vecinos, han hecho hincapié en que «en es Pujols ya no existen momentos de reposo, ya que por las noches, y por culpa de los horarios que hacen este tipo de turistas, no hay manera de descansar, no hay momento de respiro». Además remarcaron que hay aglomeraciones en las playas, ruidos toda la noche y carreteras casi copadas las 24 horas del día, circunstancias que son cada vez más normales en el verano formenterés: «Y la economía de la isla se resiente y mucho de ello», sentenció un conocido empresario hotelero.
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