La compañía Balearia tiene las plazas de sus barcos prácticamente completas durante el mes de agosto. En días como ayer o mañana es difícil encontrar billete porque «los barcos están al 100%», como lo confirma Joan Cerdà, director de comunicación de la compañía. Pero todo cambia cuando la fecha en cuestión coincide con el día de hoy, un martes 13. «Para ese día las reservas han descendido en un 50%», asegura Cerdà.
También en el caso de los traslados en avión, las reticencias se hacen notar y no es extraño encontrarse clientes que rechazan viajar en una fecha tan señalada. «No es que te digan de buenas a primeras que en esa fecha no, pero si les das a elegir hay gente que te dice que prefiere no volar un martes 13 o un viernes 13 en el caso de los extranjeros. Además, muchas veces si no quedan plazas y miras el martes 13, las encuentras», afirma Lina Marí, empleada de la agencia 'Viajes Ecuador'. En esa última posibilidad debió pensar Manuel, un madrileño que prefiere ir a contracorriente: «Si tengo que viajar y hay un martes y 13 cerca, pido plazas para ese día; he comprobado que es mucho más fácil encontrar plazas», dice.
No en todas las culturas es un martes el día en que acecha mala suerte, sino que por ejemplo para los sajones la superstición se traslada al viernes 13. En ese caso la creencia parte de una argumentación cristiana, ya que Jesucristo murió precisamente en ese día de la semana. Pero sea cuál sea el día infortunado, lo cierto es que las calles están llenas de supersticiosos que evitan pasar por debajo de una escalera, tiemblan cuando se les rompe un espejo o se alejan de unas tijeras abiertas.
En muchos hoteles y aviones no existe la habitación o el asiento número 13, e incluso, como ha comprobado la higienista dental María Torres, se puede llegar a cancelar una cita para ir al dentista en un día como hoy: «Me ha costado mucho llenar ese día, y si lo he conseguido es porque el jueves es fiesta, el viernes cerramos y la gente no ha tenido más remedio», comentaba. Frente a las personas más crédulas son muchos quienes se toman a broma estas creencias. Como Rosa, una mujer que ante la pregunta de si es supersticiosa ríe y asegura que a ella le encanta el martes 13. «Es el día de San Antonio y además ese número es uno de mis preferidos; así que no, no soy nada supersticiosa», añade.
Entre las cábalas más conocidas encontramos la costumbre de pasar el salero apoyándolo siempre sobre la mesa; llegado el caso de que se pase de una mano a otra directamente, el que lo ha ofrecido debe vertir un puñado de sal sobre su mano y arrojarlo sobre su cabeza. Por otra parte, la superstición de la escalera tiene su origen en el triángulo sagrado que toma la Santísima Trinidad y que nunca debe ser traspasado. Eso sí, frente a estas manías personajes históricos como Winston Churchill tenían por costumbre acariciar a los gatos negros para mejorar su suerte.
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