Para el biólogo Bartomeu Planas, el crecimiento urbanístico de Eivissa y de su puerto a lo largo de los últimos cincuenta años es el paradigma de la «planificación improvisada»: «El desarrollo fue tan rápido que nadie se paró a pensar». Las consecuencias se pueden comprobar en ses Feixes, donde Planas, con su empresa Duna Baleares, de la que es director, ejecuta un proyecto de recuperación ambiental.

Para su trabajo ha recopilado fotografías aéreas de la ciudad desde 1956 hasta nuestros días, en las que se pueden apreciar los cambios producidos a consecuencia de la intervención del hombre, la mayoría irreversibles y que han tenido graves consecuencias para el ecosistema y para un «singular» sistema de drenaje heredado de los árabes. En cinco décadas se ha reducido en dos tercios el espejo de agua del puerto y se han 'asfixiado', por falta de drenaje, las feixes, donde la intrusión del agua de mar ha salinizado el suelo. Ya nada es igual que hace cinco décadas.