La Conselleria balear de Medi Ambient ha aplazado hasta el mes de
octubre la conexión de la desaladora de Eivissa a la red eléctrica
de Gesa. Desde que fue inaugurada, la instalación se alimenta de la
energía que proporcionan dos grupos diesel autónomos. El problema
es que esos dos motores generan mucho ruido, denunciado desde hace
años por los vecinos de Puig den Valls, los principales
perjudicados, si bien las vibraciones se pueden escuchar incluso en
Marina Botafoch.
Según explicó un portavoz de la Conselleria, el retraso se debe
a «trámites legales». La conexión era una de las condiciones que
figuraban en el concurso para la explotación de la desaladora, que
finalmente ganó la unión temporal de empresas Cadagua-Seragua.
Los dos motores abastecen la instalación con 2'2 megawatios de
electricidad. Según informó la Conselleria el pasado mes de marzo,
el Ibaen había encargado la fabricación de dos transformadores
especiales para conectar la desaladora a Gesa, cuya central se
encuentra a escasos metros. Como la empresa que ganó el concurso se
hizo cargo de la gestión desde el día 1 de junio, el Ibaen quiso
adelantar esa adquisición para no dilatar más la conexión, aunque
finalmente se retrasará hasta el otoño.
Respecto a la duración de esas obras de conexión, el director
general de Recursos Hídricos, Antoni Rodríguez, dijo la pasada
primavera que concluirían rápidamente porque tanto las tuberías
como la preinstalación «están hechas».
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