La segunda de las conferencias organizadas por el Ayuntamiento de Eivissa en la UIB con motivo de la celebración de la fiesta medieval contó con la especialista en Historia y Arqueología Medieval, además de investigadora de la historia de la alimentación en la Edad Media, María Soler , como ponente de una charla en torno a la alimentación en la Eivissa Medieval. Una conferencia muy especial ya que contó con una degustación final que permitió catar toda la teoría previa.
Tal y como explicaba Soler, «en la Edad Media había que hablar de una alimentación de subsistencia. Cada uno comía lo que podía, y siempre platos muy calóricos para cojer fuerzas para el trabajo».
Uno de los ingredientes básicos a la hora de cocinar era la grasa de cerdo, que ocupaba el lugar que hoy día tiene el aceite de oliva en nuestra cocina. «Entonces el aceite simplemente se usaba para la iluminación y para elaborar cremas», apunta la experta. Una característica que impide, como asegura la conferenciante, que entonces se pudiera hablar de lo que hoy se entiende por dieta mediterránea .
Analizar los hábitos alimenticios de cada estamento social es una buena forma de acercarse a la época medieval y su cocina. «Los nobles necesitaban demostrar su riqueza y por eso comían mucho, sobre todo carne. Los monjes, en cambio, rechazaban la carne por ser símbolo de pecado y se alimentaban de legumbres y verduras. Y la gente del campo comía lo que podía permitirse; es decir, casi nunca carne y mucha verdura», apunta Soler.
Hoy día hemos perdido la costumbre de cocinar con especies y gustos agridulces, algo básico en la Edad Media. La sal, los higos y las pasas también ocupaban un papel protagonista. «La sal porque existía aquí desde tiempos inmemoriales y los higos secos y las pasas por ser productos autóctonos muy apreciados en todo el mediterráneo y que se exportaban», afirma Soler.
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