Los dos propietarios de pisos en el bloque que quedó en ruinas por
los daños que le provocó el derrumbarse el edifico contiguo (de
Viajes Barceló) han decidido abandonar el encierro que mantenían
desde el miércoles de la semana pasada. Los vecinos habían tomado
esta medida a modo de protesta por la falta de soluciones a su
caso, cuando se cumplen quince meses desde que fueron desalojados
(junto con otras seis familias y los propietarios de dos locales en
los bajos del edificio).
Tras permanecer seis días en el edificio (en peligro de
derrumbe) los dos vecinos, Juan Manuel Miranda y Juan José Peciña,
han decidido tomar esta medida tras entrevistarse con el alcalde de
Eivissa, Xico Tarrés, quien les ha prometido buscar las soluciones
«que estén en su mano» e intentar «acelerar los contactos» que
soliciten para adelantar la resolución del problema. Tarrés aseguró
a los vecinos que entiende que su situación «es grave» pero
advirtiéndoles que «ocupar un edificio en ruinas no es la
solución».
Ambas partes expresaron las mismas conclusiones tras la
entrevista que se prolongó durante más de una hora en el
Ayuntamiento con la presencia no sólo de los dos encerrados sino
también del presidente de la Asociación de Vecinos de Can
Escandell, Jose María Hernández. La cordialidad fue la nota más
destacada, según el alcalde; opinión ratificada por los vecinos. A
pesar de que el abandono del encierro parece definitivo, el
Ayuntamiento sigue cursando la petición de orden de desalojo por
parte de los juzgados «por si es necesario intervenir aunque no es
probable», señalaron ayer fuentes municipales. El caso Barceló
sigue en los juzgados en período de diligencias previas, por lo que
los desalojados piden una solución transitoria.
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