Un ejemplo de un coche y una moto a los que la vegetación empieza a cubrir. Foto: M. FERRER

E n los últimos tres meses la Policía Local de Eivissa ha retirado 120 coches abandonados en diferentes puntos del municipio. Todos esos automóviles han sido trasladados al desguace tras esperar el debido tiempo a que los propietarios los retirasen. Pero el problema no termina ahí, porque no hace falta más que un paseo por una zona tan céntrica como son los alrededores de la Avenida 8 d' Agost, para localizar unos cuatro coches y varias motos en estado de abandono.

Son muchos los vecinos o los habituales de diferentes barrios de la isla que pueden enumerar unos cuantos lugares cercanos en los que hace meses que un coche o una moto han pasado a formar parte del paisaje, cada vez más integrados en él. La Ley de Residuos Urbanos considera que un vehículo está abandonado cuando presenta desperfectos que impiden la retirada del mismo. Según explica el oficial Prats, del Gabinete Técnico de la Policía local, la retirada de esos coches se realiza, o bien a instancias de la denuncia de un ciudadano, o bien tras inspecciones de la propia Policía Local.

«Lo primero que se hace es interponer la denuncia y en el caso de que no podamos retirarlo y una vez lo hayamos señalado con una pegatina y esperado quince días, le remitimos una notificación al propietario solicitándole que se haga cargo de su coche. Si en otros 15 días no responde, el desguace se hace cargo de el vehículo. Otra posibilidad es que el coche no presente desperfectos. En ese caso, tras interponer la denuncia, lo retiramos y lo trasladamos al depósitos de la Policía Local. Y si en dos meses el propietario no da señales de vida, se manda al desguace, explica el Oficial Prats.

Las denuncias a las que se refiere Prats, se traducen en multas que rondan los 300 euros (unas 50.000 pesetas). La temporada de verano y especialmente cuando este llega a su fin, es una época en la que aumenta considerablemente el número de coches abandonados en Eivissa. «Muchos vienen a pasar el verano, se compran un coche de segunda mano, y cuando se marchan lo dejan abandonado», puntualiza Prats.