El Consell celebrará el jueves un pleno extraordinario en el que la
presidenta, Pilar Costa, presentará una cuestión de confianza
ligada a la aprobación de los presupuestos de la Corporación, que
en la actualidad se encuentran prorrogados después de que el 21 de
diciembre fueran rechazados con los votos de PP y del conseller del
grupo mixto, Joan Buades.
La propia Pilar Costa explicó ayer a los medios de comunicación
los detalles de la cuestión de confianza escoltada por todos los
miembros de su equipo de Gobierno y de la comisión de seguimiento
del Pacte, una puesta en escena que no se recordaba desde la
celebración de las elecciones de junio de 1999 y con la que se
quería reflejar la unidad existente entre los progresistas en este
asunto: «La decisión -recalcó- ha sido meditada y consensuada».
Si en la votación del jueves Costa obtiene la confianza de los
consellers (para lo cual basta con que un popular o Joan Buades se
abstenga o vote a favor), los presupuestos quedarán aprobados
automáticamente. En el caso contrario, si PP y el conseller del
grupo mixto no dan su visto bueno a la presidenta, se abre un
periodo de un mes para que la oposición presente una moción de
censura y, consecuentemente, su propio candidato y presupuestos.
Para que esta posibilidad prospere es preciso que Buades y los
populares se pongan de acuerdo para gobernar juntos, circunstancia
que ambas partes descartaron ayer de plano.
Si, como se prevé, no hay acuerdo PP-Buades para sacar adelante
la moción de censura, los presupuestos se aprobarán, también,
automáticamente. Pilar Costa insistió ayer en que los progresistas
se han visto obligados a utilizar esta herramienta legal para
evitar la «paralización» de numerosos proyectos incluidos en los
presupuestos de 2002, en los que había previstos 10'2 millones de
euros en inversiones. La presidenta ligó el cambio político en las
Pitiüses, bandera electoral del Pacte, a la aprobación de las
cuentas institucionales. Lo «cómodo», dijo, sería «aferrarse a los
cargos» y aceptar la prórroga.
Els Verds ya no podrán 'manejar' 5 millones de
euros
Después de casi medio año invertidos en
negociaciones, los presupuestos para 2002 podrían ser los mismos
que se llevaron al pleno del 21 de diciembre y que obtuvieron el
voto en contra de la oposición. La ley obliga a que las cuentas que
se vinculen a la cuestión de confianza hayan sido rechazadas
previamente, de manera que todos los millones de euros, en concreto
casi cinco, que el equipo de Gobierno progresista llegó a aceptar
para que Joan Buades manejara este año pueden caer en saco
roto.
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