Los 329 bolsones de procesionaria (Thaumetopea pityocampa) que los agentes forestales del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat) eliminaron durante el mes de febrero de los pinos de Cala Boix y Cala Mestella (Santa Eulària) contenían 15.650 orugas, suficientes, según se asegura desde la Conselleria balear de Medi Ambient, para haber «desencadenado una explosión demográfica» si no hubieran sido aniquiladas a tiempo.

Se trata de un nuevo dato ofrecido por la propia Conselleria que refleja la gravedad de la «plaga» (de hecho, por primera vez se emplea esa palabra en un escrito de Medi Ambient, hasta el momento reacia a calificarla así) detectada casualmente a principios de año. La procesionaria del pino se introdujo en Eivissa en 1975 enterrada en unos cepellones de adelfa destinadas a jardines.

«Inicialmente -se indica en el informe que maneja Medi Ambientse detectó una alarmante tendencia al alza de la existencia de bolsones durante los meses de noviembre y diciembre».

De las 57 rutas recorridas por los agentes forestales del Ibanat, en 11 se detectó la procesionaria, la práctica totalidad en Cala Mestella. Durante 2001 se colocaron (entre el 29 de junio y el 18 de octubre) en esas rutas 6.450 trampas tipo vaso, rociadas con feromonas para atraer a los machos, que empezaron a volar el 12 de agosto. También se colocaron 210 trampas secas. Gracias a esos mecanismos se capturaron 608 insectos reproductores machos.

Durante 2002 se repartirán 250 cajas-trampa en 250 hectáreas de bosques amenazados. También para este año se ha planteado una medida sin precedentes: la colocación (de la que se encargará el Grup d'Estudis de sa Naturalesa) de cajas nido para aves insectívoras como complemento a la lucha biológica.