La Conselleria balear de Medi Ambient restringirá las visitas a los
islotes de Ponent (sa Conillera, es Bosc, Espartar y ses Bledes) y
de es Vedrà para evitar el daño que provoca en esos parajes el
desembarco diario de decenas de personas durante los meses de
verano. Todas esas islas están calificadas como Reserva Natural
dentro del Parque Natural de Cala d'Hort. El artículo 15 del Plan
de Ordenación de los Recursos Naturales de esa zona advierte de que
el acceso de terceras personas requerirá la autorización previa de
la administración de ese organismo.
El director general de Biodiversidad, José Manuel Gómez, señaló
a este periódico que será el equipo de gestión del Parque Natural,
que estará constituido dentro de unas cuatro semanas, el que se
ocupe de solucionar el problema del, hasta ahora, acceso
indiscriminado a esos islotes. En principio, será el Plan Rector de
Uso y Gestión (que no se aprobará hasta el año 2003) el que
determine qué prácticas se permiten en Ponent y es Vedrà, pero
Gómez añade que «en lo que no pueda regular, se podrán elaborar
planes específicos para ordenar el desembarque y los trayectos, y
adaptarlos a la capacidad de carga de cada lugar».
La «capacidad de carga» determina el número de personas que
puede soportar un determinado espacio sin ponerlo en peligro: «Cada
territorio tiene una capacidad de carga mayor o menor. En un
sistema dunar con plantas muy sensibles un millar de personas puede
hacer mucho daño; pero si al lado de ese sistema dunar hay un
camino por el que van 5.000 personas, si no se salen no causarán
perjuicios», explicó Gómez. «Se trata -añadió- de estudiar a fondo
las capacidades de carga de cada territorio, porque sólo así
podremos determinar si pueden ser o no visitados y cuántas personas
pueden acceder en un momento dado». Todo indica que este verano
será difícil controlar el acceso. Quizás en 2003.
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